Grandes Héroes anónimos

Hay muchos Héroes anónimos que viven entre nosotros. No son fruto de un pasado remoto.

Hay muchos Héroes anónimos que viven entre nosotros. No son fruto de un pasado remoto.

La semana pasada nos abrumaron unos sucesos dramáticos que atentan contra los pilares básicos de nuestra sociedad. El Mal existe y a veces se adueña de la mente de los Humanos, a quienes convierte en seres crueles. Sin embargo, cuando el horror nos invade y todo se desmorona, aparecen los Héroes cuyo ejemplo de luz y esperanza disipa las tinieblas.

Mattew James, un ingeniero de 30 años y Saeera Wilson, de 26, tomaban el sol en una playa tunecina en el momento en que una orgía de sangre se desató. Un joven enloquecido por el odio disparaba y remataba a los bañistas con su fusil automático.

Al ver al asesino acercarse, Mattew se levantó y le pidió a Saeera que huyera, que cuidara de sus hijos y le recordó que la amaba.

Con paso firme se interpuso entre ella y el criminal, que disparó a nuestro héroe en el muslo, en la pelvis y finalmente en el pecho.

Mientras tanto, Saeera, tras buscar desconsolada durante dos horas el cadáver de su amor entre los difuntos, supo que los servicios sanitarios lo habían encontrado aún vivo y trasladado a un hospital donde estaba siendo sometido a una compleja operación que acabó con éxito.

Admira la fotografía que la pareja de enamorados ha colgado en su página de Facebook. Mattew sonriente nos saluda desde su cama, mientras que Saeera posa orgullosa a su lado.

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Sus hijos Tegan, de seis años y Kaden, de 14 meses, los esperan en su hogar de Cardiff, Gales. Cuando sean viejecitos contarán a sus nietos que su bisabuelo fue un Héroe.

Aquel día muchos Héroes lucharon contra el horror. Vigilantes desarmados le lanzaron objetos para frenarlo en su persecución y que agotara la munición; uno de los animadores del hotel trató en vano de dispararlo. Y al mismo tiempo, desafiando el peligro latente, médicos, enfermeros, policías, bomberos, vecinos… todos acudieron a socorrer a los heridos y a consolar a los supervivientes.

Enseñaremos a los niños y jóvenes que, aunque el Mal existe, jamás conseguirá vencer a la solidaridad que los Humanos demostramos en momentos tan difíciles.