Vaya travesura de dos bebés cernícalos

El pasado día 28 de abril publicamos la noticia de que en las torres de la catedral de Sigüenza había sido avistado un cernícalo común (Falco tinnunculus) buscando un lugar para hacer su nido.

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No recibimos más señales de esta pequeña rapaz hasta que la semana pasada se encontró un pichón de cernícalo al pie de una de las torres.

La maravillosa noticia es que el cernícalo encontró en la catedral de Sigüenza un lugar adecuado para anidar, atrajo a una hembra que puso sus huevos y nacieron dos polluelos. Lo sabemos porque poco después se halló el segundo también en el suelo. Posiblemente el nido no era lo suficientemente seguro y los jovencitos se atrevieron a volar antes de tiempo.

Afortunadamente fueron recogidos por Diego, Javier y Fernando, que los devolvieron a las alturas. Y poco después fueron vistos de nuevo en el nido al abrigo de sus padres.

Esperemos que los jovenzuelos hayan aprendido las consecuencias de su atrevida aventura y emprendan el vuelo cuando estén más curtidos. Las calles son lugares peligrosos para ellos, pues si no saben volar el astuto gato los acecha y puede devorar.

Sus padres se quedarán en la catedral de Sigüenza poniendo coto a la población de palomas cuyo exceso provoca daños en los edificios y atasca los desagües de las cubiertas. Sus hijos partirán hacia nuevas tierras, yendo al encuentro de otro edificio o roquedal para establecer sus nidos, aparearse y poner sus huevos, y así el ciclo de la vida continúe.

Si supieran hablar, contarían que cuando eran bebés unos Humanos los recogieron y les salvaron la vida, y que Sigüenza es un paraíso de arte y cultura, perfecto para que los animales vivan en paz.