Sus derechos están defendidos por viejos tratados y nada ni nadie puede edificar o prohibir el paso por una cañada real.
En 1418 los pastores de ovejas y las autoridades de la Villa de Madrid firmaron la Concordia. A cambio de cincuenta maravedís por mil cabezas, las ovejas pueden atravesar la ciudad por las cañadas reales que la cruzan.
Ayer, día 25 de octubre de 2015, los pastores con sus ovejas y perros partieron de nuevo de la Casa de Campo. En la Plaza de la Villa pagaron su peaje a las autoridades, lo que les permitió continuar su viaje por la Calle Mayor y la Puerta del Sol hasta la Puerta de Alcalá.
··· Link a la noticia completa de «El Mundo» ···
La Fundación Aurora contará a los niños y jóvenes algunas viejas leyendas que nos hablan de pastores, de los pueblos neolíticos que habitaron la cuenca del río Francolí, de un niño celtíbero que apacentaba su rebaño en la Hoz del río Dulce, de un niño que ayudaba a su abuelo, un mísero pastor… También nos hablan de los perros, nuestros fieles amigos desde que hace 30.000 años los Humanos comenzamos a convivir con ellos en las estepas del sur de China.
Mira estas fotografías. Si comemos cordero y degustamos el queso producido por su leche, además de abrigarnos con cómodas prendas de lana, es porque los pastores y sus perros cuidan de sus ovejas, arrostrando el frío o la lluvia, o resistiendo un sol y un calor implacables.
Es necesario que los niños y jóvenes entiendan que detrás de cada artículo que consumimos o hace nuestra vida más cómoda está el trabajo de mucha gente que se gana la vida con ello. Cuando despilfarramos recursos o tiramos alimentos y objetos útiles a la basura, estamos menospreciando el esfuerzo de todos los que trabajaron para que nosotros lo tengamos.
El hecho de que podamos adquirirlo con dinero no nos da derecho a destruirlo.