Ejecutado con excepcional maestría y con una paciencia y detalle asombrosos, plasma la imagen de la náyade que habita desde hace más de mil años en la Hoz del río Dulce.
Proceso de ejecución del dibujo de la náyade que habita en la Hoz del río Dulce
La tradición clásica grecolatina dice que en cada riachuelo, en cada fuente, en cada pequeña laguna habita una náyade.
Anita contará a niños y jóvenes una vieja leyenda que sigue las pautas de las leyendas pastoriles de la Antigüedad clásica: un pastorcillo celtíbero, mientras llevaba sus ovejas a pastar en los prados ubicados junto al río dulce, como pasatiempo cantaba e interpretaba bellas canciones acompañándose de sencillos instrumentos. La náyade que allí habitaba, embelesada por su arte, salía del agua e invisible, lo escuchaba.
En la hoz del río Dulce… cerca de la ciudad de Sigüenza… habita desde hace más de mil años una náyade.
La leyenda enseñará a niños y jóvenes el supremo valor del agua pura, un bien escaso que debemos cuidar y proteger. El dibujo de la náyade, siempre de color azul, será pues el símbolo de esta agua pura.
La Fundación Aurora va a motivar a una conocida escritora para que redacte una historia corta que recoja esta vieja leyenda; después, mediante diversos medios, se los daremos a conocer a todos los niños y jóvenes. Asimismo, motivaremos a todas las empresas que trabajan en el ciclo del agua, incluidas las que la comercializan, para que incluyan la imagen de la náyade en su publicidad y envases, de forma que niños y mayores jamás olvidemos la necesidad de proteger y hacer un uso sostenible del agua pura.