Javier Munilla y Luis Fernando Meza, dos ornitólogos aficionados de Sigüenza, llevan varios días observando a un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) que está merodeando la catedral de Sigüenza buscando un lugar para anidar.
Si finalmente decide quedarse a vivir entre aquellas piedras centenarias llenas de historia, su presencia será sin duda motivo de alegría para los niños seguntinos.
Sigüenza, además de ser una ciudad en la que florecen las artes y la cultura, es centro de parajes naturales exentos de contaminación en donde la naturaleza se muestra con todo su esplendor.