El día 7 de agosto de 1918 una persona apellidada Varela felicitaba el santo a la señorita Rosario Laiglesia, de Madrid.
El anverso es una preciosa fotografía de un bebé feliz junto a su perro.
Los perros, fieles amigos de los bebés, son todo paciencia con ellos cuando en sus primeros pasos los agarran de sus pelos y someten a constantes travesuras. Aguantan y aguantan sus impertinencias hasta que al hartarse, les gruñen y se alejan.
No temas, no estará mucho tiempo lejos del niño al que ama y protege. Al cabo de un ratito, regresará a su lado para volver a ser su peluche animado.
¡Ay de quién se atreva a amenazar a su inocente criatura! Se convertirá en su feroz defensor y el intruso pagará con mordiscos su insolencia.