Hace muchísimo tiempo, mientras los padres de un grupo de niños neolíticos cazaban y las mujeres de la tribu recolectaban los frutos en un bosque cercano, los jóvenes jugaban bajo el cuidado de una niña de 11 años cuando de pronto un gigantesco oso los atacó. La niña trató de defenderlos con la ayuda de un palo pero resultó en vano.
Uno de los perros, un gigantesco moloso, intuyó el peligro y acudió inmediatamente en su ayuda.
Esta historia nos permitirá introducir a los niños y jóvenes en esta etapa tan importante de la historia. También aprenderán acerca de los pueblos cazadores recolectores de Ulldecona, los mineros neolíticos de Gavá, los Humanos y el lago de Banyoles.
Tampoco olvidemos a nuestros amigos del noble pueblo de Nuu-chah-nulth, que habitan la isla de Vancouver y todavía conservan intactas sus tradiciones.
Les pediremos que nos las expliquen y muestren a nuestros niños y jóvenes sus objetos y su arte para que todos comprendamos que los pueblos neolíticos tuvieron culturas desarrolladas y a pesar de desconocer los metales y las modernas tecnologías fueron una civilización muy avanzada.
Los abuelos de algunos de nuestros niños pertenecieron a pueblos neolíticos, muy frecuentes en África a principios del siglo XX. Les animaremos a preguntar a sus padres sobre su cultura y a que nos la cuenten. Su futuro está entre nosotros, pero deben recordar sus tradiciones y sentir orgullo por sus antepasados.
Destacamos la noticia que publica el Museo Arqueológico de Alicante. Su equipo arqueológico ha descubierto en la Cova del Randero de Pedreguer una vasija de unos 5.000 años de antigüedad de grandes dimensiones, 70 centímetros de altura por 50 de diámetro en la boca, y en perfecto estado de conservación.
Este recipiente es el primero que se encuentra de ese tamaño y permitirá avanzar en el conocimiento de la cultura de nuestros antepasados neolíticos.