La víspera del día de Navidad se produjo un tremendo revuelo en un centro comercial, debido a que un bebé se estaba ahogando.
Mientras la madre gritaba entre sollozos y el padre lo zarandeaba desesperadamente, dos ángeles de la guarda llegaron a tiempo. Rubén puso al niño en posición y Manel le provocó el vómito hasta hacerle respirar.
Estos agentes de la Guardia Urbana de Tarragona habían hecho un cursillo de primeros auxilios, y gracias a estos héroes el niño está vivo.
Una vez más la realidad nos enseña que hemos de motivar al personal médico y sanitario para conseguir que todos los niños de 7 a 15 años adquieran suficientes conocimientos médicos como para hacer frente a este tipo de situaciones.
Cuando de mayores sean papás y mamás, las enseñanzas que recibieron les servirán para llevar una vida más sana, y, quién sabe, tal vez para salvar a un bebé de la muerte.
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