Locomóviles en acción

Seguro que al leer nuestro post sobre los locomóviles se te ha escapado una sonrisa, pensando que se trata de artefactos antediluvianos.

Por ello te animamos a que veas esta película y te quedes asombrado ante estos locomóviles en acción.

Imagina, antes de la aparición de estos monstruos, los Humanos solamente disponían de vehículos hipomóviles, o sea tirados por caballos. Se llegaron a construir carromatos con capacidad para transportar varias toneladas, pero la capacidad de porte era limitada.

En la película verás locomóviles arrastrando cargas gigantescas. Las grandes obras públicas y construcciones como la Torre Eiffel habrían sido imposibles de construir sin el trabajo de centenares de locomóviles que acarrearon miles de toneladas de materiales y acero.

El inconveniente de las máquinas de vapor es que su funcionamiento se basa en el vapor que produce el agua hirviendo. Por esta razón, estas máquinas necesitan un tiempo de calentamiento antes de ponerse en movimiento.

En esta película puedes ver al feliz poseedor de un locomóvil poniéndolo en marcha.

Su tarea no es fácil, pero al cabo de una hora, cuando la presión del vapor es suficiente, el locomóvil se acciona imparable, mientras no se le termine el agua y el carbón.

Sí, los locomóviles consumen agua. Si miras por la boca de la caldera verás unos agujeros al fondo. Son tubos que atraviesan el depósito de agua y por los cuales pasan las llamas y los humos calientes procedentes de la combustión del carbón.

Delante está la chimenea del locomóvil, que arroja a la atmósfera un humo negro con abundantes cenizas y hollín. El carbón contiene un importante porcentaje de cenizas, parte de las cuales se escapan por la chimenea. El hollín está formado por residuos de carbono no quemados adecuadamente por falta de oxígeno suficiente.

Encima de la caldera está el cilindro de trabajo. El vapor de agua a presión entrará en el cilindro y empujará el émbolo. Después de efectuar el trabajo, el vapor saldrá por la chimenea del locomóvil en forma de humo blanco, inofensivo vapor de agua.

Londres, Bilbao, Barcelona… muchas ciudades estaban orgullosas de las múltiples chimeneas humeantes que apuntaban hacia el cielo, ocultando los rayos del sol con sus humos negros.

La Era Moderna había empezado. Contaminantes, los locomóviles y las máquinas de vapor permitieron la Revolución Industrial y proporcionaron un avance irreversible a la Humanidad.