Al momento lo recoge y lleva a la orilla. Allí acude un Policía Local de Sitges, que también disfrutaba de un día playero. Mientras le practica la reanimación, su mujer llama al 112, y Blai sale disparado a alertar a los socorristas. Acude a ayudar un policía de Lleida, igualmente de vacaciones.
No tardan en llegar dos ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), una de ellas de atención avanzada. Un helicóptero, solicitado por el médico, transporta al niño al Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, en donde los médicos y sanitarios luchan por salvar su vida.
Mientras descansábamos, los bomberos forestales permanecían en alerta ante una ola de calor que seca la vegetación de los bosques y la convierte en yesca. Algunos, sin embargo, ya luchaban contra el fuego en muchos lugares. En Aragón auxiliaban a los ciudadanos de Farasdués, Biota, Malpica de Arba, Asín y Orés.
Años de crisis, recortes y sinsabores nos han sumido en un estado masivo de tristeza y desánimo. Pero no estamos solos, los ángeles de la guarda siguen trabajando sin desaliento, cuidando de todos nosotros. Cuando la desgracia nos sobreviene están allí, a nuestro lado.
Por eso la Fundación Aurora enseñará a los niños y jóvenes que los policías y los bomberos son colectivos a quienes hemos de admirar. Trabajan por dinero evidentemente, pero las tareas que desarrollan superan en mucho su obligación. De día y de noche están dispuestos a demostrar que los milagros son posibles.
Los médicos y sanitarios son gente muy especial. Cuando estemos muy enfermos y llegue nuestra hora de morir, se mantendrán a nuestro lado, por muy grave y contagiosa que sea nuestra dolencia.
La Fundación Aurora pedirá a policías, bomberos, médicos y sanitarios que ingresen en nuestra fundación como simpatizantes y se acerquen a los niños y jóvenes a transmitirles sus valores.
¿Y los periodistas?
Todo esto lo sabemos gracias al Diari de Tarragona y su reportero Jordi Cabré.
La prensa es imprescindible para que los ciudadanos sepamos qué está pasando y nos formemos una opinión. No existe una democracia real sin una prensa que funcione.
Los periodistas todavía no lo saben porque no se lo hemos explicado, pero el proyecto de la Fundación Aurora puede ser el revulsivo que permita recuperar la buena reputación de la prensa escrita en nuestra sociedad actual.