El pirata es el malo porque comete este tipo de fechorías. Por tanto, el acosador debe ser desenmascarado y sus artimañas y bravatas erradicadas y despreciadas por todos.
La historia real de los piratas se entremezcla con la historia de los corsarios, propietarios de buques que recibían un permiso de las autoridades para apresar los buques enemigos. Durante el siglo XVI, época en que se formaron los imperios y lucharon duramente entre ellos, muchos piratas, señores de la guerra, se convirtieron interesadamente en corsarios.
Corsario el Tartar. Museo de Menorca.
Patente de corso
Uno de los más famosos, Jeireddín Barbarroja, un corsario turco, organizó con su hermano Aruj una importante flota pirata berberisca, para su lucro personal. Como veremos en el siguiente post, llegó a controlar el tráfico marítimo en el occidente del Mediterráneo y masacró sus poblaciones costeras.
Otro famoso corsario fue Sir Francis Drake, quien al servicio de su Majestad inglesa dirigió numerosas expediciones contra los intereses del Imperio español, que lo consideró un pirata. Famosa es la hazaña de María Pita, una brava defensora de La Coruña, que en el año 1589 consiguió arrebatar a las tropas de Francis Drake su estandarte, actualmente expuesto en la Catedral de Sigüenza en una maravillosa exposición.
Todos los puertos del Mediterráneo armaron buques corsarios para lucrarse apresando buques franceses e ingleses. Destacan los famosos corsarios de Denia, Ibiza y Menorca.