Aquel personal sanitario la trató a tiempo, la enderezó; y su llama luce esplendorosa.
Cuando la cera de nuestra vela se termine, y vayamos a apagarnos, seguro que la última persona que veremos será un sanitario. Aunque estemos muy enfermos, contaminados por el virus del Ébola, por ejemplo, ellos estarán a nuestro lado, limpiándonos, cuidándonos y haciendo soportable nuestro dolor.
La Fundació Aurora escribirá al personal del Hospital de San Pablo y de Santa Tecla, y del hospital del Valle de Hebrón, para felicitarles por su abnegación y entrega.
Les explicaremos que nuestra fundación trabajará para que los niños y jóvenes los admiren. Ellos desempeñan una labor muy importante: enseñar a niños y jóvenes a llevar una vida sana y a prevenir las enfermedades. Todos los niños deben ser pequeños expertos en primeros auxilios, y de este modo poder reaccionar con prontitud y eficacia ante las incidencias médicas que sucedan a su alrededor.